La Alhambra, se llama así por sus muros rojizos está situada en lo alto de una colina, en un margen del río Darro, frente a los barrios del Albaicín y de la Alcazaba.
Al castillo de la Alambra se le incorporó un recinto amurallado de la ciudad en el siglo XI, convirtiéndose así en una fortaleza militar, en el siglo XIII con la llegada del primer monarca nazarí, se fijó la residencia real en La Alambra
Se reforzó la parte antigua de la Alcazaba, y se construyó la Torre de la vela y del Homenaje, se subío agua del río Darro, se edificaron almacenes, depósitos y comenzó la construcción del palacio y del recinto amurallado que continuaron Mohamed II (1273-1302) y Mohamed III (1302-1309), al que también se le atribuyen un baño público y la Mezquita sobre la que se construyó la actual iglesia de Santa María.
A Yúsuf I (1333-1353) y Mohamed V (1353-1391) les debemos la inmensa mayoría de las construcciones de la Alhambra que han llegado a nuestra época. Desde la reforma de la Alcazaba y los palacios, pasando por la ampliación del recinto amurallado, la Puerta de la Justicia, la ampliación y decoración de las torres, construcción de los Baños y el Cuarto de Comares, la Sala de la Barca, hasta el Patio de los Leones y sus dependencias anexas. De los reyes nazaríes posteriores no se conserva prácticamente nada.